#TodxsSomosRegina | La periodista incorruptible

A Regina Martínez, profesional respetada e incorruptible, nunca le tembló la mano para denunciar las injusticias, los excesos de poder y la violencia del crimen organizado. 

Desde los inicios de su carrera como periodista, Regina Martínez le dio su pluma a quienes por décadas habían sido silenciados; se convirtió en la voz de los pobres, de las campesinas y campesinos, de los pueblos indígenas, apoyó los movimientos sociales y jamás le tembló la mano para denunciar la corrupción, las injusticias y la violencia del crimen organizado.  

El 28 de abril de 2012, la periodista veracruzana de los medios La Jornada y Proceso fue encontrada sin vida en su domicilio con signos de violencia y asfixia. Regina terminó siendo una víctima de la censura y la violencia contra el gremio periodístico que hubo en Veracruz, bajo el gobierno del priísta Javier Duarte. 

Consciente del riesgo que implicaba denunciar las corruptelas de la élite política, Regina decidió hablar más fuerte. Durante el sexenio del espurio Felipe Calderón, la periodista documentó la creciente violencia en Veracruz y en el país. 

En 2007 hizo la que sin duda fue su más exhaustiva y reconocida cobertura periodística: la del asesinato de la anciana indígena Ernestina Ascencio, quien fue interceptada por militares del Ejército que la violaron de manera tumultuaria causándole graves heridas y hemorragias que la llevaron a la muerte.

Regina nunca calló. En numerosas notas acusó las innumerables inconsistencias en el caso, reportó la indignación de las comunidades, los peritajes médicos, e incluso, la cobardía del mismo Calderón, quien se encargó de obstaculizar la investigación y defendió la versión de que Ernestina había muerto por causas naturales.

La periodista crítica e incómoda del gobierno de Duarte fue hostigada por denunciar la corrupción tan arraigada en la entidad y los excesos de poder. “Veracruz, un sangriento Estado feliz” (Proceso 3/12/2006) y “Alcaldes bajo la extorsión de los Zetas” (Proceso 21/9/2008), fueron algunos de sus reveladores artículos. 

Regina, profesional incorruptible, fue asesinada en su propio hogar. Fue encontrada muerta con el cuerpo lleno de golpes y con señales de estrangulamiento. Su homicidio marcó un antes y un después en el gremio periodístico

La escena del crimen fue contaminada y las autoridades ministeriales de Veracruz impusieron todo tipo de trabas en el seguimiento del caso, al que poco después se le dio carpetazo. El asesino confeso, Jorge Hernández, “El Silva”, se retractó al poco tiempo y aseguró ser torturado por la policía para confesar el crimen. 

Hoy, una élite periodística conformada por una serie de ‘líderes de opinión’ que a diferencia de Regina y otros tantos periodistas, jamás pisan las calles y por el contrario, sirven a los intereses más corruptos y turbios de este país, han decidido salir a la defensa de cabilderos como Carlos Loret de Mola, quien bajo su traje de comunicador ha callado los más brutales atropellos, le ha mentido al pueblo de México y ha sido cómplice de aquellos conservadores que por décadas saquearon nuestro país. 

En redes, esos periodistas con gran influencia y algunos políticos del PRIAN que difunden un hashtag para defender a un personaje que hace años pactó con las más altas esferas del poder, son los mismos que callaron ante la violencia ejercida contra los periodistas en los sexenios anteriores y en 2012, con su silencio, guardaron las espaldas de quienes acordaron el asesinato de Regina Martínez.

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