#TodxsSomosMiroslava | La periodista que hizo frente a los narcogobiernos

Esos mismos políticos y periodistas con gran influencia que difunden un hashtag para defender a un personaje que hace años pactó con las más altas esferas del poder, son los que en 2017, con su silencio, fueron cómplices del asesinato de Miroslava Breach. 

Miroslava Breach, una de las periodistas de investigación más incisivas de Chihuahua, que denunció —entre tantos atropellos— casos de corrupción en la política, abusos de derechos humanos, agresiones a comunidades indígenas y la violencia del crimen organizado, fue asesinada a sangre fría el 23 de marzo de 2017, bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto. 

Por su desempeño, Miroslava había recibido amenazas; incluso el entonces gobernador de Chihuahua, el panista Javier Corral, dijo a los medios que la comunicadora “había sido molestada” pero nunca tomó cartas en el asunto. 

Miroslava, una periodista de a pie, tenía más de 30 años de carrera, colaboró con varios medios locales y fue corresponsal del periódico La Jornada, donde solía publicar los tantos abusos contra las comunidades indígenas, así como los asesinatos de sus líderes y defensores. 

Además, durante la sangrienta guerra contra el narcotráfico liderada por Felipe Calderón, la periodista documentó la creciente violencia en la región, donde ocurrió, por ejemplo, la masacre de Villas de Salvárcar, en la que 15 jóvenes estudiantes fueron cobardemente asesinados. 

En junio de 2016, cuando se realizaron las elecciones locales en Chihuahua, Miroslava reveló que carteles de la droga habían impuesto a varios candidatos a presidencias municipales; meses después, publicó una serie de reportajes sobre el desplazamiento de comunidades indígenas atormentadas por el crimen organizado. 

Bajo este contexto, señaló a un grupo conocido como Los Salazares como los principales responsables de la violencia; como resultado, la periodista de La Jornada recibió amenazas de muerte contra ella y su familia. 

Miroslava denunció los hechos ante el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, pero su petición no tuvo consecuencia; un año después fue abatida al salir de su casa en Chihuahua, mientras se encontraba en su auto preparándose para llevar a uno de sus hijos a la escuela. Le dispararon ocho veces; su hijo, que se encontraba en el vehículo, resultó ileso. 

Durante casi toda su carrera, Miroslava fue considerada una comunicadora “incómoda” por denunciar los abusos, crímenes y las corruptelas del viejo régimen. En el gremio periodístico, fue una profesional respetada por su ejemplar trabajo de investigación, realizado en tiempos de máxima violencia.

Hoy, una élite periodística conformada por una serie de ‘líderes de opinión’ que a diferencia de Miroslava y otros tantos periodistas, jamás pisan las calles y por el contrario, sirven a los intereses más corruptos y turbios de este país, han decidido salir a la defensa de cabilderos como Carlos Loret de Mola, quien bajo su traje de comunicador ha callado los más brutales atropellos, le ha mentido al pueblo de México y ha sido cómplice de aquellos conservadores que por décadas saquearon nuestro país. 

Hoy, esos líderes de opinión y otros cuantos políticos del PRIAN vienen a hablar de libertad de expresión y de libertad de prensa, pero, ¿dónde estaban cuando ocurrió el asesinato de Miroslava? 

En redes, esos mismos políticos y periodistas con gran influencia que difunden un hashtag para defender a un personaje que hace años pactó con las más altas esferas del poder, son los que en 2017, con su silencio, fueron cómplices del asesinato de Miroslava Breach.

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