García Luna y Cárdenas Palomino son la muestra de que las áreas gubernamentales del sexenio de Calderón encargadas de la seguridad y combatir la delincuencia, estaban en manos de criminales.
Luego de que el pasado fin de semana el exmandatario “espurio” Felipe Calderón arremetiera contra el gobierno de la Cuarta Transformación en un foro ultraconservador organizado en España, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó la calidad moral del panista.
Lo anterior, debido a que Calderón se lanzó contra la actual administración señalando supuestos vínculos con el crimen organizado; ante estas declaraciones, el mandatario oriundo de Tabasco indicó que “con qué calidad moral lo dice si su secretario de Seguridad está en la cárcel acusado de proteger a narcotraficantes”.
“Nosotros no somos iguales. Si tiene pruebas de lo que fue a decir que las presente, yo no establezco relaciones de complicidad con nadie”, apuntó López Obrador.
Sobre esto, cabe destacar que Genaro García Luna, quien fuera secretario de Seguridad Pública en el sexenio calderonista, se encuentra preso en Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico. Además, es señalado por enriquecimiento ilícito, conspiración y corrupción.
Pero García Luna no es el único excolaborador de Calderón que es perseguido por la justicia, pues también está el caso de Luis Cárdenas Palomino, exjefe regional de la Policía Federal, quien cometió el delito de de tortura en el caso de Cassez-Vallarta.
A Cárdenas Palomino se le imputa el delito de tortura en agravio de Mario Vallarta Cisneros, hermano de Israel Vallarta, así como de Sergio Cortes Vallarta y Eduardo Estrada Granados; todos ellos detenidos durante el montaje difundido en el noticiero de Carlos Loret de Mola en 2005, en el que fueron señalados de ser presuntos miembros de la banda delictiva ‘Los Zodiacos’.
Lo anterior demuestra que toda una estructura gubernamental del sexenio calderonista destinada a la protección ciudadana y a combatir la delincuencia, estaba a cargo de criminales.
