Sin reconocimiento laboral y bajo explotación: la vida de los jóvenes repartidores

Jóvenes repartidores padecen los efectos del esquema de trabajo de las aplicaciones el cual es altamente precarizado y sin estabilidad económica.

Ante el desempleo, una gran parte de la juventud estudiante, trabajadora y desocupada se sumó como fuerza de trabajo en las aplicaciones de delivery con la esperanza de hacer frente a la crisis económica, asegura un artículo del Grupo Acción Revolucionaria (GAR).

En este sentido, empresas como DiDi Food, Uber Eats y Rappi, operan con supuestos esquemas laborales flexibles que además, identifican el trabajo de reparto como “prestación de un servicio extra”, y al trabajador como “socio” o “colaborador”. 

GAR asegura que esta ideología ha sido utilizada para evadir obligaciones fiscales y patronales, así como para engañar a la clase trabajadora convenciéndola de que las entregas no son sino un “dinero extra” por “prestar servicios” y que no son empleados, sino una especie de socios sin patrón.

Bajo este contexto, las y los repartidores de aplicación no cuentan con el reconocimiento laboral de manera legal frente a las empresas. Los medios de trabajo que utilizan para repartir son autocosteados en los que se incluyen motos, autos, bicicletas e indumentaria de protección.  

Sus ganancias van por pedido y se les restan impuestos, aunado a penalizaciones por retrasos, cancelaciones (a pesar de que los usuarios las realicen) y liberaciones de repartos.

“El contrato que firman los nuevos repartidores no es impreso ni digital, es un tipo de contrato bajo la forma de ‘Términos y condiciones de uso’ que al aceptarse implican la aceptación de la omisión de tus derechos laborales y absolución de las obligaciones patronales de las empresas”, se lee en el artículo.  

De acuerdo a cifras oficiales, las aplicaciones de delivery tuvieron un incremento en nuevos trabajadores, lo que se vio reflejado en las ganancias que generaron las empresas; sin embargo, las y los repartidores no recibieron aumento en sus salarios, por el contrario, disminuyeron

Aunado a esto, las y los empleados de las apps salen diariamente a las calles enfrentándose a situaciones como robos, accidentes, acoso sexual, discriminación y malos tratos. 

Ante una modalidad de trabajo altamente precarizada, en abril de 2021 la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación y Reparto de México (UNTA) obtuvo su registro oficial como sindicato, por lo que se convierte en el primero que velará por la defensa de las y los repartidores de nuestro país. 

“Esto marca un nuevo escenario en la lucha por los derechos de las y los trabajadores de reparto en México pues no solo han demandado sino que han dado una opción de organización y lucha”, señala GAR.

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