Elena Baños lamentó la actuación de Luis Almagro al frente de la OEA y lo acusó de impulsar una agenda personal muy alejada de los intereses de la región.
La Organización de Estados Americanos (OEA) debería de ser una entidad inclusiva, promotora del diálogo político, de la cooperación, integración y desarrollo de los países miembros, pero no lo es; así lo dijo la representante permanente de México ante la OEA, Luz Elena Baños.
Durante su participación en la 51 Asamblea General de la organización que en esta ocasión tuvo a Guatemala como sede virtual, la diplomática mexicana criticó con dureza la gestión del secretario general de la OEA, Luis Almagro, y afirmó que ha dañado profundamente a ese organismo.
Además, Baños señaló que frente a la necesidad de promover acciones a nivel regional para superar la pandemia por COVID-19, el organismo estuvo ausente priorizando otros asuntos que le interesaban como involucrarse de manera selectiva en la política interna de los países.
“Hace falta revisar sus redes sociales (de Almagro) para constatar su agenda personal, hablando de asuntos que son sus prioridades personales muchas veces alejadas del interés, los retos y las necesidades de nuestros pueblos y gobiernos”, declaró.
Y agregó que la manera pública que Almagro tiene para dirigirse a los jefes de Estado y autoridades nacionales “sienta precedente de un trato inaceptable”.
La diplomática mexicana acusó que la Secretaría General se ha convertido en un órgano de intromisión política y electoral principalmente en países latinoamericanos y caribeños arrogándose facultades que no tiene.
“Lamentamos que el secretario general prefiera el camino corto y fácil de la imposición de intereses de una parte de la membresía. Para construir desacuerdos no necesitamos a ningún organismo multilateral”, sentenció en el encuentro regional.
Por otro lado, refirió que toda la región necesita que la organización sea reestructurada para que recupere sus ideales y objetivos compartidos que llevaron a los estados a crearla, donde el principio de no intervención y el diálogo político son premisas centrales.
