La guerra sucia contra la reforma eléctrica

Por: Eduardo Ruiz

«La reforma eléctrica que es una iniciativa patriótica en beneficio del pueblo de México, pretende corregir la privatización que se llevó a cabo en el sector energético en los sexenios anteriores».

Entre nuestro pueblo hay mexicanos que, aunque no son malintencionados, son víctimas de la infodemia canalla. Si se nos presenta la oportunidad debemos aclarar cada una de las mentiras que está generando la campaña negra en contra de la reforma eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La campaña negra incluye videos, columnas de pseudointelectuales, mesas de discusión a modo en medios alineados, y personeros a sueldo que hablan todo el tiempo de «calamidades» en el sector si es que la reforma logra ser aprobada en los próximos meses del presente 2022.

Recordemos que la característica del neoliberalismo mientras estuvo en el poder fue darle la espalda al pueblo mexicano para favorecer a las poderosas transnacionales. Es decir, los pasados mandatarios no gobernaban en favor de México y de su gente, más bien fungieron como empleados corporativos al servicio de los grandes empresarios.

Así podemos ver que, por ejemplo, Zedillo rescató a los banqueros democratizando su deuda para que la pagara el pueblo (FOBAPROA), y en pago recibió formar parte del Consejo de Citigroup. Felipe Calderón le abrió la puerta a las empresas españolas para que se sirvieran con cuchara grande, y en pago recibió ser parte del Consejo de Iberdrola.

Algo similar pasó en el sexenio corrupto de Peña Nieto con la empresa brasileña Odebrecht, quien aportó millones en la campaña del priísta, y posteriormente sobornos a través de miembros en el gabinete, que llegaron a manos de los legisladores para aprobar la reforma energética. Así se hacían jugosos negocios en beneficio de unos cuantos para saquear a nuestra nación, torciendo la ley a su conveniencia y atropellando al pueblo de México.

Hay que dejar en claro, que no se va a crear un monopolio, no habrá apagones, no habrá fuga de capitales y no subirá el costo de la electricidad para los consumidores. De las últimas chicanadas que han salido últimamente se dice que, de no renovarle a Iberdrola un permiso que está por vencer, en Nuevo León pagarán muy caro las consecuencias sufriendo la falta del servicio eléctrico. ¡Mentiras! El presidente ya lo aclaró muy a su manera: «¿De qué quiere la firma su nieve?». La CFE tiene la estructura para cubrir el servicio en Nuevo León, por lo cual no se le renovará el permiso a esta empresa abusiva.

La reforma eléctrica, que es una iniciativa patriótica en beneficio del pueblo de México y no un capricho presidencial, pretende corregir la privatización que se llevó a cabo en el sector energético en los sexenios anteriores. Los empresarios ganan y ganan millonarias fortunas sin invertir un peso en infraestructura. La reforma devolverá el control del sector al Estado y garantizará el control sobre el litio.

Lo que está sucediendo en España es precisamente porque el Estado sólo tiene un 5 por ciento de control sobre su industria eléctrica, lo demás se encuentra en manos de un grupo empresarial rapaz que aumenta los costos de consumo a su antojo y conveniencia.

Existe la posibilidad de que la oposición en el Congreso quiera congelar la reforma hasta pasadas las elecciones de este 2022, y tiene sentido el hecho de que los grupos parlamentarios que voten en contra no quieran que sus partidos paguen el costo político en las urnas y por eso busquen aplazar la discusión y votación de la reforma eléctrica, tontos no son, se estarían dando un balazo en el pie. Como si para las elecciones del 2023 ya nos hubiéramos olvidado del daño que le puedan causar al país por defender intereses particulares.

En los foros del parlamento abierto sobre la reforma eléctrica, la derecha insiste en debatir como si se tratara de un asunto ideológico. No, no es una postura ideológica sino patriota la que se debe adoptar a fin de recuperar la soberanía sobre nuestra industria eléctrica y que ésta pueda garantizar a todos los mexicanos el servicio público. Todos aquellos que aboguen por mantener las ganancias millonarias de los grandes fondos globales, en detrimento del pueblo y sus instituciones, tendrán que pagar un alto costo político, quieran o no.

#LaReformaEléctricaVa.

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