Como con la consulta de juicio a expresidentes, el INE pretende sabotear la revocación de mandato, demostrando nuevamente su postura antidemocrática.
El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, ya conocido como el paladín de la antidemocracia, ha señalado que la consulta popular de revocación de mandato se hará “con lo que tenemos y para lo que nos alcance”.
No resulta una sorpresa que Córdova se oponga a esta clase de consultas ciudadanas; en 2021 hizo todo lo posible por sabotear el primer ejercicio de democracia participativa en la historia del país: la consulta popular de juicio a expresidentes.
Al igual que con la revocación de mandato, desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la realización del ejercicio, el INE y sus consejeros comenzaron a poner trabas.
Primero modificaron la fecha. Aunque López Obrador instó al organismo a realizar la consulta el 6 de junio —día de las elecciones— para que toda la población tuviera la oportunidad de participar y además, se ahorraran recursos, el INE se negó y la postergó hasta el 1 de agosto.
Después, como los consejeros alegaron que “costaba mucho”, recortaron el número de casillas y cambiaron las sedes de votación de último momento. Finalmente, no promovieron el ejercicio con anticipación lo cual provocó que muchas personas desconocieran la importancia de la consulta.
Ahora, con la revocación de mandato, el INE vuelve a aplicar sus mismas tácticas dilatorias que solo dejan ver cómo el organismo que debería velar por la democracia del país, prefiere destruirla.
Córdova amenazó con sabotear otra consulta popular y mencionó que si no le dan al INE los recursos que solicita, la revocación se hará con “lo que nos alcance”; además, adelantó que se pondrán —como con el juicio a expresidentes— menos casillas y dijo que la culpa será “de las autoridades que no generaron los recursos para que podamos cumplir puntualmente”.
Pero al menos la población mexicana ya conoce los hipócritas argumentos del consejero presidente, quien tiene el descaro de pelear por más presupuesto para un ejercicio democrático, pero se rehúsa a dejar de ganar más de 175 mil pesos al mes.