Bedolla exhibió otra corruptela cometida por su antecesor, Aureoles; en esta ocasión se trata de un fraude millonario.
Nuevamente, el actual gobierno de Michoacán encabezado por el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, destapó irregularidades cometidas por su antecesor, el perredista Silvano Aureoles.
Y es que este miércoles por la noche se reveló que la actual administración de la entidad detectó un fraude de cinco mil 186 millones de pesos cometido por Aureoles junto con una constructora encargada de construir cuarteles con supuestos sobrecostos.
Dicha empresa se encargó de la edificación, arrendamiento y compra de siete cuarteles policiales.
El gobernador refirió que el modelo de corrupción se basó en el pago de los siete proyectos ejecutivos —uno por cada complejo, cuando debió ser solamente uno— con la existencia de un sobreprecio en la construcción.
En este sentido, Bedolla exhibió los gastos estratosféricos detectados en los complejos de seguridad de Lázaro Cárdenas, Apatzingán, Uruapan, Huetamo, Coalcomán, Jiquilpan y Zitácuaro.
El mandatario detalló, por ejemplo, que en el caso de Apatzingán, el convenio fue firmado en 2016, sin embargo, la empresa adquirió el terreno hasta 2019, por lo que el gobierno le pagó proyectos ejecutivos de arrendamiento a una empresa que no era propietaria del terreno.
Bedolla explicó que los cuarteles cuentan con espacios administrativos y dormitorios para policías, construidos con materiales de baja calidad, como paredes y techos de láminas y de plástico, aunque cada complejo tiene un área privada que estaba destinada exclusivamente para el exgobernador Aureoles.
Estas áreas privadas están habilitadas con blindaje antibalas y lujoso mobiliario en una habitación, sala, comedor y un baño completo.
Los espacios exclusivos para el exmandatario se ubican a unos metros y con un acceso privado a helipuertos, aseguró el gobernador morenista.
