Ineptitud, nepotismo y corrupción: el legado político de Adrián de la Garza

Adrián de la Garza

Los diversos escándalos del candidato priísta en Nuevo León le han hecho merecedor de la nominación a la administración más corrupta por la encuesta de percepción ciudadana “Así Vamos 2018”. 

El candidato priísta al gobierno neoleonense, Adrián de la Garza, se ha visto envuelto en una serie de escándalos ocasionados por su aciago desempeño como servidor público. Desde liberar a miles de presuntos delincuentes, hasta clonar permisos para casinos que operaban ilegalmente, el abanderado del PRI-PRD ha demostrado en incontables ocasiones su nula capacidad para gobernar. 

De 2011 a 2015, fue el titular de la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, una gestión marcada por el narcomenudeo, delitos sexuales, violencia familiar y de género y homicidios dolosos. Además, de la Garza fue responsable de que se liberaran alrededor de 15 mil presuntos delincuentes. 

Adrián de la Garza

En este sentido, información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revela que mientras el priísta fue titular de la Procuraduría, se abrieron 198 carpetas de investigación por secuestro.

En su primer año en el cargo, el número de carpetas de investigación por privación de la libertad aumentó 18.3% y, en su segundo año, hubo otro aumento de 19.6%.

Además, en 2013, el estado neoleonense registró la tasa de incidencia delictiva más alta en mucho tiempo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en dicho año los delitos registrados ascendieron de 28 mil 516 casos (2012) a 37 mil 76 (cifra por cada 100 mil habitantes).  

Otra controversia de su mandato como procurador se dio cuando el rotativo español, El País, publicó una investigación que comprobaba la relación que tuvo con “El Mono”, operador del grupo criminal ‘Los Zetas’ en Europa. 

El medio esclareció que fue a través de una intervención telefónica que la policía descubrió los nexos que el narcotraficante mantenía con jueces y funcionarios prianistas, entre los que destaca el actual candidato a la gubernatura por la coalición “Va Fuerte por Nuevo León”.

Asimismo, Adrián de la Garza formó parte del círculo cercano del exgobernador Rodrigo Mena —también del PRI—, quien fue acusado por delitos de evasión fiscal, lavado de dinero y triangulaciones millonarias de fondos públicos. Además, durante su gestión la entidad vivió una de sus peores etapas; el crimen organizado, la corrupción y la delincuencia aumentaron considerablemente. 

Vale la pena recordar que el mismo Rodrigo Mena fue quien puso a Adrían de la Garza al frente de la Procuraduría estatal. 

En 2018, cuando de la Garza fungía como alcalde de Monterrey, el panista Felipe de Jesús Cantú interpuso una denuncia en su contra por el delito de difamación luego de que Adrián le ordenara a su equipo colocar lonas en distintos puentes peatonales de la ciudad, para desacreditar a Cantú. 

Cabe destacar que, como alcalde, el abanderado del PRI desapareció 30 millones de pesos del fondo de ahorro de los burócratas municipales y permitió que toda su parentela priísta recibiera sueldos mensuales de más de 400 mil pesos. 

Además, de la Garza ha sido señalado por clonar permisos para casinos que actuaban de manera ilegal. El modus operandi consistía en cambiar los giros de uso de suelo para operar como casinos cuando originalmente solo eran para restaurantes. 

Incluso obtuvo la nominación de la administración más corrupta por la encuesta de percepción ciudadana “Así Vamos 2018”. 

De esta manera, su trayectoria como funcionario público es sumamente cuestionable. La ineptitud, el nepotismo y la corrupción han sido las huellas que ha dejado el ahora candidato priísta en su paso por la política mexicana.

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