La Banca Privada d’Andorra (BPA) albergó fortunas de políticos priístas marcadas por la corrupción durante nueve años. Esta instancia financiera mantuvo su red comercial en México hasta marzo de 2015, al verse señalada por actuar como una lavadora de fondos de grupos criminales.
De acuerdo a una investigación especial, realizada por el medio El País, la BPA fue utilizada por destacados personajes priístas como el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo; la senadora Sylvana Beltrones Sánchez; el abogado del expresidente Enrique Peña Nieto, Juan Ramón Collado —quien movió 120 millones de dólares en 23 cuentas entre 2006 y 2015— y los exdiputados Óscar Lara Arechiga y Francisco Arroyo Vieyra, entre otros, con la intención de ocultar sus turbias fortunas.
En el año 2006, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) autorizó la apertura de la Banca Privada en el país, la cual proponía confidencialidad del secreto bancario. Con esta presentación, altos funcionarios, empresarios y candidatos del régimen priísta y panista no dudaron en resguardar dinero impúdico en la ya instalada Andorra.
De esta manera, para el año 2010, la BPA tenía 122 clientes en México y sumaba 192.6 millones de volumen de negocio. En 2012, la Banca tenía cuentas de 174 mexicanos que movían, por lo menos, 243 millones de dólares, de acuerdo a datos internos.
“Durante el mandato del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), la antigua Procuraduría General de la República (PGR) buscó un atajo para salvar el patrimonio millonario de alguno de los clientes mexicanos atrapados en las redes”, expone en su artículo el rotativo español.
Cuando la institución financiera fue intervenida por lavado de dinero en 2015, poseía aún 80 cuentas de funcionarios del PRI. Según el medio, todavía «el pasado año, el ministerio público andorrano mantenía abiertas varias decenas de investigaciones sobre fortunas mexicanas en la BPA».