Sandra Cuevas: del lujo y los escándalos a la desaparición del ojo público

Las polémicas en torno a Sandra Cuevas no surgieron durante su mandato; comenzaron incluso antes de ser candidata. Desde entonces, era evidente que su perfil respondía más a la búsqueda del poder y el beneficio personal que al servicio público.

Sandra Cuevas, una de las figuras más controvertidas del bloque opositor en la Ciudad de México, ha desaparecido del espacio público y borrado toda su presencia en redes sociales. La exalcaldesa de Cuauhtémoc, conocida tanto por sus desplantes autoritarios como por presumir una vida de lujos —vestida de Carolina Herrera o luciendo collares Tiffany—, hoy guarda silencio absoluto. No hay conferencias, no hay publicaciones, no hay “galas públicas” en su galería de arte. No hay publicaciones en redes sociales. Nada.

De «militante de izquierda» a la ultraderecha

Las polémicas en torno a Sandra Cuevas no surgieron durante su mandato; comenzaron incluso antes de ser candidata y figura pública. En septiembre de 2015, fundó la asociación civil Por un México Bonito A.C., con la que intentó posicionarse políticamente en Azcapotzalco y, más tarde, en la alcaldía Cuauhtémoc, realizando actividades de “apoyo” a infancias y niños con cáncer, así como en temas de seguridad y obra pública.

En su canal de YouTube, aún disponible, se le puede ver acompañada de personajes como Sergio Mayer, el entonces jefe delegacional Ricardo Monreal, y la exsenadora Martha Tagle, de Movimiento Ciudadano. Desde entonces, era evidente que su perfil respondía más a la búsqueda del poder y el beneficio personal que al servicio público.

Con la aparente militancia en la izquierda, no desaprovechaba la oportunidad de fotografiarse con distintos personajes de la política de izquierda en los inicios de su carrera. Desde 2018, buscaba ser candidata para alcaldesa en Azcapotzalco y no obstante, al no obtener candidaturas en Morena, se sumó a la alianza PRIANRD en 2021 para competir por la Alcaldía Cuauhtémoc, impulsada por Ricardo Monreal, en una jugada destinada a frenar a Dolores Padierna, entonces candidata de Morena.

En redes sociales fue señalada por presuntos actos de violencia, agresiones físicas y amenazas. En su cuenta de Instagram compartía imágenes en las que aparecía con armas de alto calibre, bolsas de tiendas de lujo y vehículos de alta gama, reforzando una imagen de ostentación y poder.

Desde entonces, Cuevas se convirtió en una figura polarizante. Fundó su propia organización, “Por la Familia y la Seguridad de México”, en 2024, con aspiraciones presidenciales para 2030. Su discurso —marcado por referencias al “orden”, “disciplina” y el rechazo abierto a movimientos progresistas— la acercó ideológicamente a sectores de la ultraderecha internacional, como se evidenció durante su participación en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en Washington, junto a grupos antiabortistas y anti-LGBT+.

La galería invisible y las obras millonarias

La exalcaldesa también causó polémica por su presunto enriquecimiento inexplicable. En su declaración patrimonial ante autoridades capitalinas reportó la compra de al menos ocho obras de arte entre 2015 y 2016 —cuando aún no ejercía cargos de alto nivel— por un valor total de más de 1.5 millones de pesos, adquiridas supuestamente en pagos de contado.

Entre sus adquisiciones están un óleo de Francisco Toledo por $250,000, un acrílico de Leonardo Nierman, esculturas de Pedro Fideber y varias obras de Fernando Andriacci. Años después, en su sitio web “Sandra Cuevas Galería de Arte”, se ofertaban piezas con precios que van desde los 38 mil hasta los 50 mil pesos. La galería, sin embargo, nunca tuvo una sede física ni exposición pública real.

Poder sin transparencia: opacidad y desfalco en Cuauhtémoc

De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, durante su gestión en la Alcaldía Cuauhtémoc se registraron irregularidades por más de 122 millones de pesos. Sólo en 2023, el último año completo de su mandato, solo se reportó el 13% del gasto ejercido en la Plataforma Nacional de Transparencia. Para 2024, año en que dejó el cargo en marzo, se tiene información de apenas el 0.8% del presupuesto ejercido.

La opacidad fue constante: no se transparentaron contratos de publicidad oficial, compras públicas ni gasto en arrendamientos de vehículos de lujo o eventos. La administración también destinó recursos a operativos ilegales como el llamado Diamante, para el retiro de comerciantes en vía pública sin el debido proceso legal.

Balones con billetes y frases clasistas: el estilo Cuevas

En paralelo a sus actos de gobierno, Cuevas construyó una narrativa basada en el elitismo. Fue célebre su frase: “A mí no me gustan los pobres”, así como el episodio en el que repartió balones de fútbol con billetes de 500 pesos pegados, como acto distractor tras ser acusada de agredir a dos policías, lo que la llevó a enfrentar un proceso judicial y a ofrecer disculpas públicas.

Prohibió los rótulos tradicionales de la demarcación —una expresión artística y cultural de comerciantes ambulantes— y los reemplazó por placas oficiales con su imagen institucional bajo el lema de “orden y disciplina”.

Su presencia en redes era constante. Mostraba regalos, vestidos de diseñador y joyas de marcas de lujo, como un collar Tiffany valuado en 364 mil pesos y vestidos Carolina Herrera de más de 13 mil pesos, incluso cuando asistía a audiencias judiciales.

¿Investigación internacional?

Versiones recientes, como las difundidas por ContraRéplica y Infobae, señalan que Sandra Cuevas podría estar siendo investigada por autoridades de Estados Unidos por posibles delitos financieros, incluyendo lavado de dinero. Aunque no hay confirmación oficial, la eliminación súbita de sus cuentas en redes sociales —incluyendo X, Instagram y Facebook— y su retiro del espacio público alimentan la sospecha de que algo más grave se avecina.

Reaparece en fiesta

Sandra Cuevas dejó el cargo el 1 de marzo de 2024, solicitando licencia definitiva para buscar una senaduría que no consiguió. Después del anuncio de su partido político y su acercamiento a figuras del conservadurismo internacional, desapareció de los reflectores. No ha ofrecido explicaciones ni declaraciones públicas desde hace semanas.

Sin embargo, tras semanas fuera del ojo público, Sandra Cuevas volvió a aparecer, pero no en una conferencia ni aclarando los señalamientos en su contra, sino en un video difundido en redes donde se le ve en una fiesta junto a “Karencita Blue”, una mujer señalada por presuntas amenazas y vínculos con integrantes de La Unión Tepito. De acuerdo con reportes, “Karencita” ha presumido públicamente estar protegida por esta organización criminal, y actualmente es investigada por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX) por dichos señalamientos. La presencia de la exalcaldesa en este entorno refuerza las dudas sobre sus nexos y el silencio que ha guardado en medio de acusaciones por corrupción, opacidad y enriquecimiento ilícito.

Su caso, además de reflejar la impunidad con la que operan ciertos cuadros de la oposición capitalina, pone en evidencia el vacío legal y político que se genera cuando una figura pública borra su rastro justo cuando debería rendir cuentas.

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