Los empresarios y el gobierno no son enemigos, trabajan estrechamente para conservar la estabilidad y que México salga adelante.
Ante su falta de propuestas y proyecto, la oposición ha tenido que recurrir a la calumnia e incluso a intentar constantemente sembrar discordia entre el gobierno de la 4T y los empresarios, a costa de la estabilidad económica del país.
Diariamente se percibe un bombardeo mediático en el que, a través de noticias falsas, videos y diversos materiales, se busca construir un clima de supuesta conspiración, lo cual muchas veces raya hasta en el absurdo, como si la iniciativa privada se reuniera en secreto a idear planes ultrasecretos contra el gobierno y el presidente.
No obstante, la derecha está desesperada por venderle esa idea a la población, aún en contra de los datos duros, los hechos y las múltiples señales que han dado prueba de la buena relación entre López Obrador y el sector empresarial.
Para molestia de unos cuantos que anhelan la confrontación y el caos, la verdad es que los empresarios serios de México jamás atentarían contra un mandato constitucional avalado por más del 53% de los votos, mucho menos considerando las drásticas consecuencias que habría con respecto a la estabilidad económica, social y política del país.
En realidad, se trata solo de un pequeño grupo de “cleptócratas” que desea la inestabilidad en México: Claudio X. González, Enrique y León Krauze, Jorge Castañeada y unos cuantos más que están pataleando porque se acabaron sus contratos millonarios cobijados por la corrupción de los gobiernos anteriores.
No hay que olvidar que el papá de Claudio X. González asesoraba a Carlos Salinas de Gortari y le murmuraba al oído a Peña Nieto cuando quería que se efectuara un gasolinazo, o que Krauze tuvo contratos con el gobierno hasta por 144 millones de pesos durante el sexenio de Peña Nieto.
Sin embargo, más allá de ese círculo minoritario, la realidad es que tanto López Obrador como la 4T respetan y promueven a las empresas que generan empleos y pagan sus impuestos. Su lucha es solo contra los corruptos que se enriquecieron ilegalmente y gozaron de impunidad en los gobiernos anteriores.
«Nunca me ha interesado el dinero, pero sostengo que no todo el que tiene es malvado», ha expresado en diversas ocasiones el mandatario.
Son muchos los gestos que demuestran la buena relación entre el gobierno y la iniciativa privada, como fue la invitación a diversos empresarios para que acompañaran al presidente a una cena en la Casa Blanca; esto, en el marco de la firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Otro caso emblemático de la cooperación entre los sectores público y privado fue el proyecto «Juntos por la Salud«, donde la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la iniciativa privada trabajaron en conjunto para lograr que el sector salud contara con todo lo necesario para atender la emergencia sanitaria.
Desde el acompañamiento de hospitales privados para aumentar la capacidad médica, donaciones de respiradores y diversos insumos, apoyo al personal de primera línea de combate a la pandemia con hospedaje, transporte, entre otros, hasta la reconversión de la industria textil para fabricar cubrebocas. Estos fueron algunos de los logros de dicho programa.
Además, «Juntos por la Salud» consiguió que en 10 semanas se diseñara y fabricara un ventilador mexicano con capacidad de oferta nacional e internacional.
Con respecto al tema de regular el outsourcing, AMLO ha tenido varias reuniones con líderes empresariales para negociar, conciliar y encontrar la solución más conveniente para los trabajadores, sin afectar a la iniciativa privada.
Los empresarios y el gobierno no son enemigos, trabajan estrechamente para conservar la estabilidad y que México salga adelante.