La crisis política en Haití ha escalado, pero la situación empeoró en julio de 2021 con el asesinato del entonces presidente, Jovenel Moïse
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió el despliegue de una fuerza de apoyo especializada en territorio haitiano luego de que unas 530 personas fueron asesinadas, víctimas de la violencia armada, y cerca de 280 secuestradas por pandillas que operan con impunidad en el país.
De acuerdo con la organización, solo en las dos primeras semanas de marzo, los enfrentamientos entre pandillas saldaron con más de 200 muertos, 164 heridos y 101 secuestrados.
La mayoría de las víctimas que fallecieron o resultaron heridas fue a causa de francotiradores que “dispararon al azar contra personas que se encontraban en sus casas o en la calle”.
Según la ONU, las pandillas intentan ampliar su control territorial en la capital y otras regiones, atacando a las personas que viven en zonas controladas por sus rivales. Aunque la violencia se concentra en mayor medida en los barrios más pobres de Puerto Príncipe, podría escalar pronto a las zonas rurales.
La crisis política en Haití ha escalado, pero la situación empeoró en julio de 2021 con el asesinato del entonces presidente, Jovenel Moïse. Ante el hecho, el primer ministro, Ariel Henry, ascendió al poder pero sin ser ratificado ante la ley.
El 9 de marzo pasado colapsó el parlamento; los últimos 10 senadores haitianos, quienes intentaron desde 2021 llamar a nuevas elecciones, oficialmente dejaron el cargo. Desde entonces los 11 millones de habitantes del país viven asolados por la violencia de las pandillas.
