Temporada de especulaciones

Por: Pablo Cervantes Méndez

La temporada del «tapadísmo», deporte nacional favorito de la población sobre la que Don Abel Quezada nos regaló múltiples y aún vigentes ilustraciones, inició ya hace tiempo. El Presidente de la República ha anunciado que existen mujeres y hombres buenos que tienen aptitudes, habilidades, credenciales y capacidades suficientes para sucederle en el gobierno y se continúe profundizando la Cuarta Transformación (4T) del país, “corcholatas” que se les ha dado por llamar ahora.

Así las cosas en esta temporada de «sucesión adelantada» que nos ha llegado de golpe, y muchas y muchos aún se preguntan el porqué de esta decisión que pareciera repentina y ocurrente. Quizá hemos olvidado que una de las premisas de la 4T propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene que ver con la construcción de una nueva forma de hacer política, y eso aplica a un sentido amplio de la forma y las formas en que los actores políticos se comportaban antes del 2018. Nos toca desaprender «el viejo estilo» de hacer e interpretar la política y a los políticos: Hoy el Bendito Coraje de la clase política, tanto de las derechas como los soldados de la 4T, es que no entienden que no entienden. Que el Presidente, habla en serio y a las pruebas se remite.

Pareciera por tanto que existe una añoranza, una nostalgia por las formas antiguas en las que el Presidente en turno no quería hablar de su sucesión sino hasta ya muy avanzado el sexenio con la intención de no perder reflectores, de demostrar que era él y solo él quien decidiría en quien confiaría su legado, sólo él podría destapar al “tapado”.

Esas reglas del Sistema Político Mexicano que muchos, propios y extraños, utilizan para interpretar el actuar del Presidente son hoy una lectura errónea que la vieja guardia priísta nos vendió como una realidad absoluta, y que la mayoría aceptamos por años sin chistar y sin considerar las tensiones internas de los distintos grupos de poder que desde siempre han jugado a las vencidas para imponer no solo a una persona en la Presidencia, sino imponer sus intereses y mantener sus privilegios, con independencia de la persona. El viejo pacto de las élites se basaba en asegurar condiciones favorables para sus clases, cofradías y aliados con independencia de las personas en el Poder Ejecutivo: al final, bailarían al son de los tiempos y los compromisos.

El Presidente ha hecho pública su opinión sobre el mecanismo mediante el cual la mujer o el hombre que podría sucederle debería ser seleccionado. En múltiples escenarios y ante muy diversos auditorios ha señalado que una encuesta sería el método más apropiado para que esa persona, por aceptación popular, sea quien continúe con los esfuerzos en la transformación del país. A esto, actoras y actores públicos han dado muestras de convencimiento pero también de cuestionamiento, justamente pensando que la vieja forma de hacer política sigue vigente, pero de ello platicaremos en futuras ocasiones.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de BENDITO CORAJE.

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