El empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de Grupo Salinas y de TV Azteca, inició una campaña en redes sociales llamando a no participar en las elecciones judiciales del próximo 1 de junio. Según su argumento, este proceso es “una farsa” y representa un “fraude” orquestado por el gobierno federal. A través de publicaciones en X, el empresario ha instado a sus seguidores a boicotear la votación, al considerar que se trata de una imposición del partido en el poder.
Sin embargo, el contexto sugiere otro ángulo: Salinas Pliego enfrenta una deuda fiscal superior a los 63 mil millones de pesos con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), producto de auditorías a sus empresas por años de omisiones. En ese marco, el hecho de que ahora se convoque al pueblo a elegir a quienes integrarán el nuevo Poder Judicial resulta, por decir lo menos, incómodo para quienes históricamente han gozado de influencias en los tribunales.
El llamado al boicot no quedó solo en sus redes. Pati Chapoy, conductora de TV Azteca y una de las figuras más visibles del consorcio mediático, replicó en su cuenta de X el mismo discurso del empresario. No es la primera vez que ocurre algo así: la línea editorial de TV Azteca ha seguido en diversas ocasiones las posturas de su propietario, sobre todo cuando se trata de temas que involucran al gobierno federal o a políticas públicas que afectan sus intereses empresariales.
¿Por qué el boicot ahora?
El llamado al boicot por parte de Salinas Pliego no parece tener su origen en una genuina preocupación democrática, sino en un intento por frenar un proceso que podría cambiar las reglas del juego. Para un empresario acostumbrado a operar con jueces cercanos y decisiones favorables, la idea de una justicia más independiente y con mayor legitimidad social representa una amenaza directa.
Y es justamente eso lo que está en juego: la posibilidad de que el sistema judicial deje de ser un terreno exclusivo para intereses particulares y comience a responder a las necesidades de la mayoría.
Una estrategia conocida
Esta no es la primera campaña orquestada desde Grupo Salinas contra una iniciativa del gobierno federal. En 2023, cuando se presentó la nueva edición de los libros de texto gratuitos de la SEP, TV Azteca encabezó una ofensiva mediática para desacreditar su contenido. En sus espacios informativos se les calificó como una “pila de educación comunista” y se tachó de “virus” el enfoque pedagógico que promovía el pensamiento crítico, el lenguaje inclusivo y una visión más colectiva del aprendizaje.
Durante esa cobertura, figuras como Vaitiare Mateos, Otoniel Martínez, Leo Arriaga y el reportero Daniel Sangeado incluso llegaron a culpar al expresidente chileno Salvador Allende de la dictadura militar que lo derrocó, acusándolo de haber “fracturado al país” por décadas. Así, en medio de analogías sin contexto y referencias anacrónicas, se utilizó el noticiero matutino como plataforma para atacar tanto al gobierno federal como a cualquier idea que saliera del canon conservador en el marco de las elecciones presidenciales de 2024.