Hechos

Desde hace tres años, la oposición siempre ha buscado deslegitimar cualquier acción del gobierno, pero en ninguna de esas ocasiones ha logrado argumentar sus ataques de manera sólida, con datos reales, o sin limitarse a eslóganes explícitos e insultos.

Por: Carlos Portillo

Hechos, no palabras. Así cierra el presidente Andrés Manuel López Obrador sus spots sobre el tercer informe de su gobierno. ¿Será que está hablando de la disputa actual por el sentido común en México? Los hechos de su gestión, versus las palabras de los opositores que, en efecto, se han quedado en eso, en palabras, en discursos de odio, en fake news.

Ha sido evidente que, desde hace tres años, la oposición siempre ha buscado deslegitimar cualquier acción del gobierno, pero en ninguna de esas ocasiones ha logrado argumentar sus ataques de manera sólida, con datos reales, o sin limitarse a eslóganes explícitos e insultos.

El caso más reciente es la creación de Gas Bienestar, donde las reacciones negativas pasaron de los intentos por ridiculizar la iniciativa, luego las acusaciones de que era competencia desleal y, finalmente, hasta alertaron sin sustento que era una expropiación. Ni siquiera se ponen de acuerdo sobre su versión de los hechos, sino que lanzan diferentes palabras al aire, a los medios, a las redes, a ver cuál hace más daño.

Difunden memes contra el Aeropuerto Felipe Ángeles, pero si les preguntas si ya vieron la maqueta oficial, su respuesta se limita a un colérico y fuera de contexto: “¡Bartlett, ¿qué me dices de Bartlett?!”. Basta con que alguien diga que “se filtró el logotipo” para que algunos se lo crean e intenten canalizar su odio por ahí, burlándose de una imagen que nunca fue oficial. De nuevo, los hechos versus las palabras.

Con respecto al Tren Maya, por otro lado, la derecha se ha disfrazado de palabras como “defender la selva”, sin considerar algunos hechos, como que el 95 por ciento del trazo pasará por derechos de vía existentes, es decir, por donde ya hay carreteras, tendidos eléctricos y líneas de ferrocarril que hicieron ellos cuando gobernaron. Además, habrá pasos de fauna, puentes aéreos para primates y otras medidas que ellos no contemplaron en su momento. 

Sobre el asilo a Evo Morales, dijeron que AMLO estaba protegiendo a un dictador que había hecho fraude en Bolivia, pero cuando los hechos los desmintieron, pues el partido de Evo volvió a ganar las elecciones al año siguiente, con más del 55% de los votos, permanecieron callados.

Finalmente, otro caso interesante es que, mientras en los hechos tenemos a un presidente que se redujo el sueldo, que convirtió la residencia oficial en museo, que viaja en vuelos comerciales, que eliminó el fuero presidencial y se somete a una revocación de mandato a mitad de sexenio, en las palabras, hay quienes siguen diciendo que López Obrador es un dictador y se quiere reelegir. Los hechos versus las palabras.

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