Ese camaleón que llaman López

Los dos años y meses que lleva la administración del oriundo de Macuspana, Tabasco, ha sido un desfile de personajes que usan los opinadores profesionales, cómicos venidos a columnistas o columnistas que causan gracia involuntaria.

Por: Tito Zurita Carpio

Difícilmente se podrá encontrar en la historia de la política a un personaje tan versátil como López Obrador, al menos para los ojos de la oposición. Un día es comparado con un personaje histórico y al otro con alguno de un signo político ubicado en el extremo contrario. Los dos años y meses que lleva la administración del oriundo de Macuspana, Tabasco, ha sido un desfile de personajes que usan los opinadores profesionales, cómicos venidos a columnistas o columnistas que causan gracia involuntaria.

Uno de los preferidos para el comparativo fue el hoy expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, al que consideraban igual pese a que uno es multimillonario y el otro está lejos de serlo. Sin explicar cómo, se colocaban en la misma balanza algunas de las decisiones con la etiqueta de populista. El problema con esta comparación es que nunca quedó en claro cómo puede ser populista un presidente norteamericano amante de la libre empresa y defensor del nacionalismo comercial.

También fue comparado en ocasiones, cada vez menos, con el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. ¿El motivo? Las decisiones fascistas que, según los analistas, AMLO está tomando. El brasileño es exmilitar y ha apoyado abiertamente a las dictaduras militares que asolaron a Sudamérica. Algo no cuadra en ese intento de símil.
Sin embargo, son los históricos los personajes que mejor se acomodan a las necesidades de los opositores. Cuando es necesario se le compara con Hitler, porque el alemán tenía un partido que decía ser socialista, aunque no logran explicar cómo terminó combatiendo contra el socialismo ruso. Se le compara con Stalin, con Mussolini, que no tienen relación alguna en el signo político.

De vuelta a nuestro continente, hay dos protagonistas de la historia que son los preferidos para adjudicarle al presidente de México características que no tiene o se exageran para construir una opinión negativa: Fidel Castro y Hugo Chávez. Hasta donde sabemos, AMLO no ha estado en Cuba y la ocasión en que él y Castro pudieron interactuar directamente fue echada a perder por Vicente Fox con aquel penoso episodio del “comes y te vas”. En cuanto a Chávez, cuando éste estuvo en México a quien vio en visita de Estado fue al mismo Fox y a Felipe Calderón, con quien incluso sostuvo reuniones fuera de México. Hoy estos expresidentes usan constantemente a Venezuela de manera despectiva para criticar al tabasqueño.

Ha sido de locos tratar de entender las comparaciones. Si las tomáramos en serio, hoy entenderíamos que el comunismo y el fascismo son los mismo; que AMLO es a veces neoliberal, pero socialista a la vez. Quizás poniendo atención a estos analistas de todo, ya habríamos entendido como es que Obrador pactó con el PRI, cómo ayuda a Venezuela, cómo mantiene a Cuba, la relación que tiene con Corea del Norte y, por supuesto, el sólido vínculo que ayer establecieron con el régimen del Talibán. Conocimiento es poder, sin duda.

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