Los próximos 18 y 19 de noviembre se llevará a cabo en la Ciudad de México la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), creada en los años 70 y que hoy representa un instrumento de injerencia oligárquica e imperialista extremadamente intolerante y violenta.
La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), a realizarse en la Ciudad de México los próximos 18 y 19 de noviembre, ha provocado la indignación entre la ciudadanía capitalina, debido al perfil fascista e injerencista tanto del evento como de sus invitados, incluyendo a personajes como el pinochetista José Antonio Kast, el hijo de Jair Bolsonaro, el presidente de la Unión Conservadora Japonesa; el estratega de Donald Trump, acusado de fraude, Steve Bannon; el senador estadounidense Ted Cruz y Luis Fernando «Facho» Camacho, quien participó en el golpe de Estado en Bolivia y llamó a hacer listas como Pablo Escobar y los nazis.
En tanto, el Comité Antifascista emitió una convocatoria para realizar una movilización pacífica contra el odio, el racismo, el golpismo y la violencia que promueven los participantes en dicha Convención Conservadora.
«Esta es una convocatoria urgente ante el arribo de fascistas a la CDMX. La cita es mañana en el Hotel Westin Santa Fe a las 9:00 am«.
🔴 ¡Aleeeeeeerta!
— Comité Antifascista 4T Patria Grande (@4tComite) November 17, 2022
Esta es una convocatoria urgente ante el arribo de fascistas a la CDMX.
La cita es mañana en el Hotel Westin Santa Fé a las 9am
En México no son bienvenidos
¡No pasarán!#AlertaAntifascista pic.twitter.com/qEibjzZZRM
De igual forma, se emitió el siguiente comunicado firmado por diversas organizaciones y colectivos: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSd0YpSvw-7IdjTvIujZeNxheRRr4Z4BVEwhRNvdyniSbI-cyg/viewform
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Comunicado del Frente Antifacista ante el congreso de CPAC, expresión del fascismo contemporáneo
Los próximos 18 y 19 de noviembre de 2022 se llevará a cabo en la Ciudad de México la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), bajo la consigna de “defender la libertad y la democracia en las Américas”. La CPAC fue creada por la Unión Conservadora Estadounidense en los años 70 y representa hoy en día un instrumento de injerencia oligárquica e imperialista extremadamente intolerante y violenta.
El evento en la Ciudad de México, organizado en apariencia por un personaje abiertamente conservador, “pro-vida” y antifeminista, cuenta con el patrocinio y complicidad de los sectores más recalcitrantes y rancios de la derecha mexicana y se apresta a reunir a representantes de la extrema derecha mundial como el argentino Javier Milei; el ex candidato presidencial pinochetista chileno José Antonio Kast; el expresidente de Polonia Lech Walesa; el estratega de Donald Trump, acusado de fraude, Steve Bannon; el senador estadounidense Ted Cruz; Luis Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz, en Bolivia, quien apoyó el golpe de Estado contra Evo Morales; el mandatario guatemalteco Alejandro Giammattei; el diputado federal Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Bolsonaro; Jay Aeba, presidente de la Unión Conservadora Japonesa; Gergely Gulyás, Ministro de Gobierno de Hungría y Valerie Huber, presidenta del Institute for Women’s Health, entre muchos otros. Todos ellos son figuras que responden a los intereses económicos inmediatos de la alta burguesía y a los designios imperialistas, que rechazan explícitamente los derechos humanos y combaten todos los avances hacia la igualdad social y la conservación ambiental en las Américas y el mundo.
Algunos de estos personajes han alentado el derrocamiento de gobiernos democráticos como el de Brasil (en 2016) y el de Bolivia (en 2019), instaurando en su lugar gobiernos no electos que causaron daños irreparables a sus sociedades. Promueven guerras mediáticas en los medios globales y redes sociales a través de fake news en aras de generar confusión, desesperanza, odio y polarización social. Incitan al lawfare para eliminar de las contiendas electorales a líderes de la izquierda democrática progresista y, desde los medios neoliberales, impulsan narrativas para que presidentes emanados de procesos democráticos mediante voto universal, libre, directo y secreto sean desconocidos y excluidos, llamándolos dictadores, como ha acontecido en el caso de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Su retórica incluso ha provocado ya peligrosos atentados como el sufrido recientemente por la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández.
Su oscurantismo, su desprecio por la ciencia y su odio a la salud pública causaron, por ejemplo, que países como Estados Unidos y Brasil, aún siendo las dos mayores economías del continente, encabezaran las listas mundiales de muertes durante la pandemia de Covid-19. Su programa, que subordina las necesidades humanas más fundamentales a intereses privados, desestima la crisis climática, fomentando el despojo de los territorios indígenas y la depredación del medio ambiente a lo largo y ancho del continente. Del mismo modo, pese a su retórica “pro libertad”, son contrarios a todo avance de los derechos de las mujeres, como el aborto y la autonomía reproductiva, así como al derecho a la diversidad sexual y al matrimonio igualitario. Se oponen, asimismo, a políticas públicas de reducción de desigualdades, a través de una creciente inversión social.
Es alarmante que este cónclave del neofascismo global se dé en México, país que ha emprendido un rumbo de transformación económica, social, cultural y política en favor de las grandes mayorías, y que despierta la furia y la oposición activa de poderosas élites locales enriquecidas ilícitamente con base en favoritismos gubernamentales, privatizaciones ilegítimas y descarada corrupción.
Ante el carácter abiertamente antidemocrático, antipopular, racista y desestabilizador de esta cumbre, el Frente Antifascista ha decidido ejercer su derecho a expresar, de manera pacífica, su rechazo colectivo a este evento y el programa ideológico que representa. No fomentamos el odio: pugnamos por la igualdad, la solidaridad, la unidad y la ternura entre nuestros pueblos latinoamericanos.
Está en el interés de las grandes mayorías trabajadoras de América Latina y el mundo expresar el más firme rechazo a esta cumbre y sus ideas reaccionarias. Si éstas no hallan una oposición organizada, no harán más que crecer y volverse más peligrosas.
¡NO PASARÁN! ¡NO A LA ULTRADERECHA! ¡ABAJO EL FASCISMO!