Este 4 de junio, el PRI perdió su último gran bastión: el Estado de México y solo gobernará dos estados del país
En agosto de 2019, Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito, asumió la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y desde ese momento, el tricolor ha perdido 11 gubernaturas.
En ese momento, a pesar de que el PRI había perdido la Presidencia de la República tras el contundente triunfo de Andrés Manuel López Obrador, aún gobernaba 12 entidades y seguía siendo uno de los partidos políticos con mayor poder a nivel estatal.
Este 4 de junio, el PRI perdió el Estado de México, su último gran bastión. En una jornada histórica, Delfina Gómez, abanderada del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), arrasó en las urnas y puso fin a casi un siglo de hegemonía priísta en la entidad.
Tras las elecciones de este domingo, el PRI sólo gobernará dos estados: Durango y Coahuila, ambos ganados con una coalición con los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolución Democrática (PRD), pero con candidato tricolor.
Sin embargo, ante los pésimos resultados y en medio de diversos escándalos por corrupción, Alito Moreno se ha negado a dejar la dirigencia del partido.
Ahora, con las elecciones del 2024 a la vuelta de la esquina, el PRI llega sumamente débil y en vías de extinción a nivel nacional.