Claudio X. González, el oligarca que hoy se cree paladín de la honestidad

Claudio X. González

Claudio X. González es co-fundador y expresidente de Fundación Televisa, también se desempeñó como funcionario público en Presidencia de la República y las secretarías de Agricultura y del Trabajo, y es colaborador invitado en el diario Reforma.

Uno de los personajes que ha intentado posicionarse entre los principales opositores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es el empresario Claudio X. González Guajardo, quien presidía la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), y ahora impulsa la plataforma “Sí por México”, junto al PRI, PAN y PRD.

González Guajardo es hijo de Claudio X. González Laporte, presidente de Kimberly-Clark de México durante más de cuatro décadas y asesor económico de Carlos Salinas de Gortari, quien también ha sido señalado por recomendar a Enrique Peña Nieto llevar a cabo los “gasolinazos” de su sexenio.

“Le recomendó que aumentara el precio de la gasolina al doble y le hizo caso el presidente Peña”, ha relatado el presidente López Obrador.

Claudio X. hijo, por su parte, estudió en la Escuela Libre de Derecho y en la Fletcher School of Law and Diplomacy, de la Universidad de Tufts. 

El empresario es co-fundador y expresidente de Fundación Televisa, también se desempeñó como funcionario público en Presidencia de la República y las secretarías de Agricultura y del Trabajo, y es colaborador invitado en el diario Reforma.

Además, presume haber participado en las campañas presidenciales de 1988, 1994 y 2000, aunque no es claro en qué sentido ni con qué candidatos.

Claudio X. González

Según una investigación de Álvaro Delgado, publicada en Proceso, el primer donador de MCCI fue justamente su padre, Claudio X. González Laporte, al aportar dos millones de pesos desde el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) que presidía. Casualmente llegarían después otros tres millones de pesos de la empresa Kimberly-Clark.

“Con esos 5 millones de pesos nació financieramente MCCI, el grupo de presión que González Guajardo presidió de 2016 hasta julio último, y cuya sucesora, María Amparo Casar Pérez, fue la coordinadora de asesores del secretario de Gobernación de Vicente Fox, Santiago Creel, tutor político del excandidato presidencial Ricardo Anaya y de Marko Cortés”, detalla el reportaje.

Actualmente, MCCI recibe un promedio de 70 millones de pesos al año, gracias al alto perfil de sus patrocinadores. Uno de estos mecenas es Valentín Diez Morodo, otro expresidente del CMN y actual líder del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce) y del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

También se encuentra en la lista Antonio del Valle Ruiz, expropietario del banco HSBC, presidente del Grupo Kaluza y padre de Antonio del Valle Perochena, actual presidente del CMN.

“Otro promotor es Alejandro Ramírez Magaña, quien presidió ‘la cúpula de cúpulas’ en la elección de 2018 y que, junto con González Laporte y otros expresidentes del organismo, impulsó el proyecto presidencial de Anaya”, refiere Delgado.

De igual forma, destaca la presencia de otros integrantes del CMN, como el accionista mayoritario de Grupo Lala y de Aeroméxico, Eduardo Tricio Haro, y el dueño de Grupo Pisa, Carlos Álvarez Berkelio, quien dominaba el mercado de medicamentos contra el cáncer —sobre todo en el sexenio peñista— y ahora su consorcio se encuentra vetado por el gobierno de la 4T, debido a múltiples irregularidades en los contratos anteriores.

“El grupo detrás de González Guajardo, auxiliado en su nuevo proyecto por el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walther, lo integran —además de Ricardo Guajardo Touch, exdirector de Bancomer— los hermanos Torrado, de Grupo Alsea, que controlan las franquicias Starbucks, Domino’s y Vip’s, entre otras, y los dueños de tiendas Chedraui, estos dos últimos también son integrantes del CMN”, ha puntualizado el periodista.

Lo irónico es que MCCI navegue con la bandera de exigir transparencia, cuando es una organización que se ha caracterizado por manejarse en la opacidad, especialmente con respecto a su financiamiento y al uso de recursos que provienen de donativos no solo de empresas mexicanas, sino también extranjeras.

Según su página web, MCCI se excusa diciendo que “con la finalidad de garantizar la independencia y libertad de los investigadores de Mexicanos vs. Corrupción e Impunidad AC, así como la seguridad e integridad de nuestros donantes, la identidad de los mismos no es divulgada ni al interior ni al exterior de la organización”.

Por otra parte, Guillermo González Guajardo, hermano de Claudio X. hijo, se ha visto envuelto en escándalos por negocios turbios con el sector energético del país, los cuales han salido a la luz durante el proceso de depuración de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Aparte de su trabajo como consejero de Kimberly-Clark, Endeavor México y Endeavor Global Advisory Board, Guillermo estructuró una red de empresas privadas desde finales de los 90, dedicadas a la generación, venta e importación de energía.

Este personaje estuvo detrás de la construcción de la hidroeléctrica privada El Naranjal, en Veracruz, así como del gasoducto Tamazunchale. Su red empresarial energética ha llegado a contar con al menos 14 compañías y cuatro plantas de generación de energía, según documentó, en 2013, Nancy Flores para Contralínea.

De esta manera, el hermano de González Guajardo mantuvo diversos negocios con la CFE y con Pemex Gas y Petroquímica Básica (subsidiaria de Pemex) durante los gobiernos neoliberales.

Protama, S.A. de C.V. y Taller de Empresa S.C. son compañías rectoras de su grupo, que también integra a Hidroeléctrica Naranjal, Agroetanol de Veracruz, la texana TexMex Energy y las mexicanas Energía Azteca X, Gasoducto de la Huasteca, Hidroeléctrica Moctezuma, Hidroeléctrica Moctezuma II, Hidroeléctrica Moctezuma III, Hidrorizaba, Hidrorizaba II y Micase.

“Mientras que TexMex Energy se dedica a la importación de energía eléctrica (la cual vende a la CFE y a municipios como Saltillo, Coahuila, y Monclova, Sonora), el resto de empresas tienen por objetivo la generación de energía eléctrica en México para autoconsumo del sector privado; sin embargo, sus excedentes de producción son susceptibles de ser comprados por la Comisión Federal de Electricidad”, ha explicado Flores.

Pablo Edgar Herrán Salvatti, hermano del exprocurador de Chiapas, Mariano Herrán, fungió como socio y mano derecha de Guillermo, al representar legalmente a varias de las empresas mencionadas y haber gestionado múltiples litigios.

Según información de Francisco Pazos, publicada en Eje Central, el modus operandi de González Guajardo ha sido el siguiente: “una de sus empresas presenta el proyecto a las autoridades federales y en el proceso cambia la razón social y al final crea una tercera empresa para operarlo”.

Ahora, mediante la plataforma “Sí por México”, esta oligarquía familiar, acompañada de otros referentes de las cúpulas empresariales, se muestra con la careta de buscar la democracia, la transparencia y la participación ciudadana.

“Eran los mandones y ahora se convirtieron en los paladines de la honestidad. Que se lo crean otros”, ha expresado el presidente López Obrador sobre esta élite.

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