México exigió el retiro del muro flotante que mandó a instalar el gobernador republicano de Texas, debido a que viola el Tratado de Aguas de 1944
El Gobierno de México pidió a Estados Unidos la remoción de la barrera que el gobernador republicano de Texas, Greg Abott, mandó instalar en el Río Bravo para presumir su política de «mano dura» en el combate contra la migración irregular.
Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores (SRE) explicó que el gobierno mexicano ya mandó una nota diplomática de queja en este sentido porque «en realidad lo que se está violando es el Tratado de Aguas de 1944».
Por ello, pidió su retiro y exigió que cualquier acción futura en este río que marca la frontera entre México y Estados Unidos sea aprobada por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
Agregó que se está enviando una «misión territorial a través de la Comisión Internacional de Límites de Aguas para definir en dónde están ubicadas estas boyas» colocadas por Abbott, y ver si se localizan en territorio estadounidense o mexicano.
Abbott comenzó a emplazar hace una semana esa nueva barrera flotante sobre el Río Bravo en la más reciente intensificación de las medidas del republicano para reforzar la seguridad en la frontera y el cruce irregular de inmigrantes.
Según la canciller mexicana, ya se ha instalado en unos 300 metros de río en la zona que separa la ciudad mexicana de Piedras Negras y la estadounidense de Eagle Pass.