Lo que comenzó en 2007 como una ruta ciclista de apenas 10 kilómetros sobre Paseo de la Reforma con 6 mil asistentes, se ha convertido en un emblema de la movilidad sustentable y el derecho a la ciudad: el Paseo Dominical “Muévete en Bici” cumple 18 años promoviendo la actividad física, el uso de medios no motorizados y la apropiación ciudadana del espacio público en la capital.
Con 673 ediciones y más de 32 millones de participantes históricos, esta iniciativa ha transformado la manera en que miles de personas se relacionan con las calles de la Ciudad de México. Actualmente, cada edición reúne en promedio a 110 mil ciclistas, patinadores, corredores y peatones que recorren hasta 61 kilómetros en vías exclusivas, atravesando 59 colonias de seis alcaldías.
Detrás de este éxito está el impulso por una ciudad menos contaminada y más humana. Las y los asistentes pueden disfrutar no solo del paseo, sino también de actividades gratuitas como la Biciescuela CDMX, clases de yoga, taichí, roller, rutas para personas con discapacidad, jornadas de educación vial, carpas de salud y préstamo de bicicletas. En marzo de este año, se alcanzó un récord de participación con 126 mil 307 personas.
A lo largo del año, también se celebran cuatro Paseos Nocturnos, que combinan cultura y recreación durante festividades como el Día del Amor, la Primavera, el Día de Muertos y la Navidad, convirtiendo la experiencia de rodar por la ciudad en un acto colectivo, festivo y con identidad.
Esta política pública no sería posible sin el respaldo de la jefa de Gobierno Clara Brugada, así como la colaboración de dependencias como la Secretaría de Movilidad (SEMOVI), Seguridad Ciudadana, Obras y Servicios, Salud, Instituto de la Juventud, ERUM, Cruz Roja y Locatel, entre otras.
“Muévete en Bici” no solo celebra su mayoría de edad: celebra que la bicicleta dejó de ser vista como un capricho o un lujo urbano, y se ha convertido en una herramienta de transformación, libertad y justicia ambiental. En una ciudad donde por años se privilegió el automóvil, este programa demuestra que otro modelo de movilidad —más equitativo, limpio y comunitario— sí es posible.