La Iglesia Católica ha iniciado una nueva etapa con la elección del cardenal Robert Francis Prevost como el nuevo pontífice, quien asumió el nombre de León XIV. Nacido en Chicago y nacionalizado peruano desde 2015, el nuevo Papa representa un puente entre el norte global y el corazón de América Latina, donde ha construido buena parte de su trayectoria pastoral.
León XIV es el primer Papa con doble nacionalidad estadounidense-peruana en la historia de la Iglesia y fue elegido el 8 de mayo de 2025, en la cuarta votación del cónclave realizado en la Capilla Sixtina. Con 69 años y miembro de la Orden de San Agustín, Prevost ha trabajado en Perú desde 1985 como misionero, formador, profesor y obispo de Chiclayo, ganándose el respeto y afecto de comunidades enteras por su compromiso con las causas sociales.
Antes de ser elegido Papa, ocupaba el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, donde abogó por una Iglesia más cercana a los pueblos, dialogante y con sensibilidad territorial.
En su primer discurso como León XIV, hizo un llamado contundente a favor de la paz, la justicia y la inclusión, señalando que su pontificado estará guiado por el espíritu misionero, el cuidado de los más vulnerables y la promoción del diálogo intercultural y ecuménico. Agradeció a su antecesor, el Papa Francisco, por allanar el camino hacia una Iglesia más abierta, sinodal y comprometida con los desafíos contemporáneos.
De manera especial, León XIV reafirmó el compromiso de la Iglesia con el cuidado de la Casa Común, una de las principales banderas del pontificado anterior. Señaló que la crisis climática no es sólo un desafío científico o político, sino una urgencia espiritual y moral. “No podemos hablar de justicia sin hablar del clamor de la tierra y de los pobres que más la padecen”, expresó. Con ello, el nuevo Papa se suma al llamado por una transición ecológica con justicia social, que proteja los territorios, los pueblos originarios y las futuras generaciones.
La elección de León XIV ha sido celebrada en Perú y en toda América Latina, donde su figura se asocia con la defensa de los derechos humanos, la opción preferencial por los pobres y la promoción de una Iglesia al servicio del pueblo. Su pontificado llega en un momento clave para el catolicismo global, en un mundo marcado por crisis humanitarias, conflictos armados y desigualdad estructural.
Con León XIV, el Vaticano mira hacia el sur y reconoce el valor espiritual, político y cultural de una región que ha resistido, luchado y construido esperanza desde la fe y la justicia social.