Después de una larga espera y muchas expectativas, la reducción de la jornada laboral a 40 horas parece terminara siendo una propuesta estancada; en su lugar se podría trabajar 7 horas diarias.
Como sabemos, durante el anterior y el presente gobierno se ha buscado que los trabajadores en México tengan mejores condiciones para realizar sus labores, y esto involucra tener mayor tiempo para el esparcimiento, ya que se sabe que un trabajador descansado realiza mejor sus actividades.
Para ponerlos en contexto, la bancada del partido Morena propuso, desde hace año y medio, una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), en la cual la jornada laboral pasaría de 48 a sólo 40 horas por semana, teniendo 2 días de descanso, siendo sábado y domingo las principales opciones. Sin embargo, esto podría variar de acuerdo con las necesidades de las empresas y las labores que el trabajador desempeña.
Sin embargo, desde hace meses no hay indicios de que esta reforma a la LFT vaya a progresar, por lo que, hace algunas semanas, se propuso una reforma secundaria que suena más sensata y bastante probable de materializar, en la que se trabajaría 7 horas al día, o mejor dicho, 42 horas a la semana, tal como se encuentra, desde 2021, en Colombia, en la Ley 2101 para reducir la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales.
Aquí la situación es que esta jornada sería diaria, con 6 días a la semana, por lo que los horarios de trabajo sólo se reducirían 1 hora diaria y no se tendrían los dos días de descanso que se planteaban en la primera reforma.
Un ejemplo de la aplicación que les menciono sería el siguiente: si diariamente trabajas de las 08:00 a 16:00 horas, ahora sería de 08:00 a 15:00 horas, o bien, de las 09:00 a 16:00 horas. Un dato destacado es que este cambio aplicaría para todos los turnos de trabajo —matutino, vespertino y mixto— quedando a la par. Actualmente, el turno diurno contempla de las 06:00 a las 20:00 horas, teniendo una duración máxima de jornada de 8 horas al día; la jornada nocturna comprende de las 20:00 a las 06:00 horas, con una duración máxima de 7 horas; y, por último, la jornada mixta, que combina el horario diurno y nocturno, siempre que el horario nocturno no sea menor de 3.5 horas o, mejor dicho, sólo se laboran 7 horas y media al día.
Aunque, al final, el tan ansiado resultado sobre la reducción a 40 horas de trabajo que se proponía para los trabajadores en México no se dará como en países de América Latina —como Ecuador y, recientemente, Chile— yo encuentro algunos beneficios si se aprueba la jornada de 42 horas laborables, tales como:
- Más tiempo libre por día, lo cual puede mejorar la calidad de vida y el derecho al ocio y la dispersión del trabajador.
- Menor desgaste físico y emocional por jornada.
- Mayor compatibilidad con actividades personales, familiares o de estudio.
- Posible impacto positivo en la productividad, al evitar jornadas largas y agotadoras.
¿Cuándo podría aplicarse esta reforma?
La respuesta sería que nos queda un largo camino por transitar, ya que esta propuesta de reforma se encuentra en fase inicial. Pero, al tratarse de una reforma secundaria —es decir, una reforma directa a la Ley Federal del Trabajo y no a la Constitución Política de nuestro país— existen más posibilidades de que sea aprobada; ya que, para la implementación de la jornada de 40 horas, se tendría que realizar una reforma constitucional, lo cual es un proceso más largo y complejo.
De aprobarse, México daría un paso hacia lo que considero mejores condiciones laborales, sin tener el choque frontal con el sector empresarial que generó la primera iniciativa.
Esperemos que los legisladores actúen de manera pronta para realizar la transición que Latinoamérica ha realizado con la reducción de jornadas, tal como lo han hecho Guatemala, El Salvador y Brasil —cada uno de estos países con una jornada de 44 horas a la semana—; como ya lo mencionamos, Colombia con 42 horas a la semana; y Chile y Ecuador con 40 horas semanales. Y no quedarnos en el oscurantismo de una jornada de 48 horas, junto con países como Costa Rica, Perú y Argentina.